Night World I: Hijas de la Noche

Ya tocaba reseña. No he tenido la oportunidad de leer mucho en estas últimas tres semanas (muchos libros = mucho sobrepeso), pero tengo pendientes otras tres reseñas. Hoy toca la de Night World... (no comments).

En un principio dije que me estaba gustando mucho. Pues bueno, siento decir esto, querida L.J. Smith, pero me has decepcionado profundamente. Esperaba algo más de ti.

La historia comienza con la llegada de tres hermanas a Briar Creek, un pueblo donde, aparentemente, nunca sucede nada.

¿Y quién son exactamente estas tres hermanas? Se trata de Rowan, Kestrel y Jade Redfern, tres chicas vampiras.

Rowan es la mayor, dulce, cariñosa, el típico personaje simpaticón. Kestrel es la mediana, que tiene diecisiete años, y es la seca, la poli mala, por así decirlo. La pequeña, Jade, tiene dieciséis años recién cumplidos. Ella es la tímida, tranquila y serena.

Ellas tres escapan de Night World, una sociedad secreta a la que pertenecen todas la criaturas de la noche (básicamente una especie de grupo al que pertenecen todos los vampiros, hombres lobos etc., y que conviven con los humanos). Y por ello mismo, tienen leyes claras: los humanos nunca, bajo ningún concepto deberán de conocer su existencia, y obviamente, tienen terminantemente prohibido enamorarse de ellos.

Las Redfern odian estas leyes. Odian Night World y su antigua manera de pensar. Las mujeres sirven a los hombres, los matrimonios son conectertados, y todo lo que es diferentes se mira mal y se castiga. Y por ello, deciden escapar de ese mundo primitivo e irse a vivir con su tía Opal.

Primer problema: cuando llegan a la casa de su tía, se la encuentran muerta. Disecada. Kaputt. Y eso no es nada bueno, porque significa que alguien le ha matado (Ja. Soy famosa por mis inteligentes conclusiones...) Y ese alguien precisamente no es un alguien normal: o es otro vampiro o es un cazavampiros.

En esta historia también nos encontramos con Mary-Lynette y su hermano pequeño Mark, otros dos personajes interesantes. Mary-Lynette es una amante de la astronomía bastante friki y su hermano es un chico muy reservado y solitario, que, cómo no, acabará enamorándose de Jade. Y digamos que, desde un principio, Mary-Lynette dará problemas a las hermanitas. Ese es el segundo problema.

Y el terceroooo... (sí, señores, hay más) es el hermano de las Redferns. Ash. Él va a buscarlas para llevarlas de vuelta a Night World. Él es el antagonista, el que piensa que son unas traidoras, peeeeero, el que tal vez sienta algo por Mary-Lynette... no diré más.

Ahora mismo, uno se preguntará por qué he dicho en un principio que L.J. Smith me había decepcionado. Parece un libro completo ¿no? Muchos problemas que tienen que ser resueltos, una trama complicada... ¡Pues ahí está la razón! El libro consta de únicamente 236 páginas, con letras gordas. Es un libro finito. Un libro al que le faltan páginas (nunca pensé que diría esto *O*) El libro en sí está bien, pero para narrar la historia que narra necesita muchas más páginas.

También le falta trabajar un poco más a los personajes, porque en ocasiones me han parecido bastante planos.

Y otra cosa que odio de los libros juveniles es que los personajes se enamoren en las primeras cincuenta páginas. ¡Vamos, hombre!

Pero seamos positivos... Me ha gustado ver como todos los personajes son diferentes entre sí. Por ejemplo, la idea de que Mary-Lynette adore la astronomía me ha parecido de los más original. También me ha parecido que el libro está muy bien escrito.

La portada me gusta bastante, muchísimo más que la versión inglesa.

El libro no es malo. Al contrario, es entretenido, y como es tan fino, en una tarde te lo lees. Pero no ha sido de mis favoritos, y no creo que me compre los nueve siguientes de la colección.

Bueno, pasemos a las puntuaciones...

Trama:

Personajes:

Cómo está escrito:

Ritmo:

Diálogos:

TOTAL:

Como se suele decir, para gustos, colores. No es un libro genial, pero, como ya he dicho, entretiene.

Nos leemos pronto ^^