Reseña: Muerte sin resurrección, de Roberto Martínez Guzmán

¡Buenas noches!
Y aquí llega la primera reseña del año: Muerte sin resurrección, de Roberto Martínez Guzmán. ¡Disfrutadla tanto como he disfrutado yo el libro!

Domingo de Ramos.
En el corazón de Vigo, a la una del mediodía, numerosas personas se dan cita en el interior de la Iglesia de Santa María para celebrar el inicio dela Semana Santa.
El aroma a laurel, olivo e incienso lo inunda todo, el calor es insoportable y desde el altar, el párroco se afana en explicar el significado de la pasión y muerte de Cristo dificultado por la enorme multitud que en esos momentos se concentra dentro del templo.
En un lateral, en la estricta intimidad de un confesionario, una enigmática mujer de rasgos casi perfectos explica con serenidad a un joven sacerdote la motivación que ha guiado su vida durante los últimos seis años, pero también un más que inquietante futuro próximo.

Una asesina. Siete pelotas de golf que esperan a ser depositadas junto a los siete cadáveres. 

  Una historia por ser descubierta si la gran policía Eva Santiago quiere detener a la misteriosa persona que está terminando con la vida de inocentes personas. Y es que Semana Santa será, efectivamente, una semana de recordar. Una semana de volver al pasado. Pero este pasado no se remonta hasta hace tanto. Y es que Emma, la cada vez más conocida asesina de las pelotas de golf, tiene sus razones, sus motivos y la determinación de poner fin a algo que lleva mucho tiempo planeando.

Opinión personal (sin spoilers)

  Lo dije en Twitter, y no me cansaré de decirlo. Si Roberto Martínez Guzmán se llamase Jörgen Larsson o algo similar con cierto parecido a un nombre sueco, esta novela habría sido fichada por una editoriales de las rechonchas y regordetas. 

    Pero hablando con él, me di cuenta de que, tal vez -y digo tal vez porque no se sabrá qué habría pasado de suceder lo contrario-, Muerte sin resurrección no sea una novela que necesite editorial en tiempos como estos. Que la propia magia de la novela y la historia sobre su nacimiento, sobre su final, y sobre todo el proceso entre medias hayan hecho que valga la pena de manera rotunda la sangre y el sudor, algo innegable, y que por ello, no sería justo que una editorial llegase y se llevase los méritos.

    Conozco a Roberto desde hace un tiempo ya, cuando me llegó su primer libro. Y cuando me habló de este, sabía que podía tener las expectativas altas. Valió la pena tenerlas, porque es una novela que lo merece. 

   Nos encontramos ante una historia enrevesadamente simple. ¿Cómo es esto? Sencillamente, la prosa del autor hace que la historia fluya por sí misma, y algo que un autor podría haber complicado y fastidiado fácilmente parece ser un juego de niños, o, en este caso, no tan niños. La novela es como un ovillo de lana enredado. Hay gente que decide empezar a toquetearlo y manosearlo para ver si hay alguna forma irracional de deshacerlo.

   Otros, como en el caso de Martínez Guzmán, encuentran primero el extremo de la lana, y poco a poco y con paciencia van deshaciendo el nudo. Además, la forma en la que está escrita hace que sea amena y rápida de leer.

  Los personajes son fascinantes, todos y cada uno de ellos. La que más me ha gustado ha sido sin duda alguna Emma. Meterse en su mente ha sido interesantísimo. Entenderla, descubrir ese toque macabra que tiene, pero a la vez sentir compasión por ella... Es un protagonista de diez perfectamente desarrollado. 

    Eva también es una mujer con mucha fuerza que llega pisando fuerte y termina pisando fuerte también, pero demostrando el lado humano de la vida, y cómo no todo se puede dividir en trabajo y en vida cotidiana; que, de hecho, estos dos aspectos se solapan. Es la parte lógica de la novela, tal vez la propia voz del autor, que va acercando al entorno que ignora la realidad a descubrir qué se esconde tras la historia de la asesina de las pelotas de golf.

  El final me ha dejado satisfecha, pero me han faltado un par de cosillas por saber (aunque eso ya es cuestión de gustos).

  Puede que la novela policíaca/thriller no sea lo mío. Este blog es de literatura juvenil, y ¿para qué os voy a engañar? Mi experiencia con este tipo de novelas se limita a la saga Millenium. Pero si algo sé es que me ha enamorado Muerte sin resurrección. Que de verdad vale la pena, y que si tenéis la oportunidad, no dudéis y leedlo.

Nota final: